domingo, 13 de abril de 2008

San Nicolás de los Arroyos


Cuenta la tradición que un día un fraile llamado Nicolás naufragó yendo con una misión de su gremio al Paraguay y se asoló en una de las cuevas de las Barrancas del Río Paraná frente a donde está hoy el Colegio Don Bosco, paraje conocido como bajada de las Bóvedas, donde sin que nadie supiera, hacía la tranquila vida de un santo.
El día que los de la población lo encontraron se asombraron al contemplar su aspecto venerable, su vida y su historia maravillosa, no vacilando en considerarlo un enviado divino. Se asegura que Aguiar quería inmortalizar el nombre del misionero.Sin embargo, se sabe que la designación del nombre dio motivo a un largo pleito entablado con unos vecinos de apellido Arias, de la Villa del Arroyo de las Hermanas (hoy Ramallo) quienes deseaban se llamara San Vicente, por encontrarse en la boca del Arroyo una población pequeña con una capilla que se denominaba San Vicente Ferrer.
Esta pretensión ocasionó una ruidosa cuestión en la que tuvieron que intervenir las autoridades, recorriendo el expediente todas las instancias, yendo a la audiencia de Chuquizaca, luego a la Corte y por último hasta el Consejo de Indias, en donde salió triunfante Aguiar, comprometiéndose a erigir la capilla por su cuenta y dar tierras para calles, plazas, casa parroquial, etc., tierras que pertenecían a su suegro don Francisco Miguel de Ugarte.
La consagración de San Nicolás de Bari como patrono se realizó el 6 de diciembre de 1821. A la muerte de Aguiar en 1756 todavía no se había podido hacer esta proclamación como era su deseo.
Aquella San Nicolás, que fue cuna de valientes para las filas del ejército, fue también cuna de progreso, porque aquí funcionó el primer saladero de cueros del país, de aquí salieron por primera vez, allá por 1883 las primeras carnes congeladas desde el frigorífico La Elisa. Fue la primera ciudad del interior que tuvo iluminación a gas, los primeros tranvías a caballo, el primer Colegio Salesiano de América, y aun perdura en el recuerdo la sonrisa bondadosa de Doña Gertrudis Armstrong de Besler, una de las educadoras norteamericanas que trajo Sarmiento y que fuera directora de la Escuela Normal de esta ciudad.
La batalla de Pavón tuvo para San Nicolás especial repercusión, ya que luego de aquel combate librado el 17 de septiembre de 1861 y al entrar el general Mitre a la ciudad con sus tropas, denomino calle de La Nación a una de sus arterias..
La paciente población apoyó en espíritu y materia el movimiento emancipador de 1810.
En San Nicolás, Belgrano organizó su ejercito expedicionario.
En 1819 el Congreso le otorga el titulo de ciudad.
El 31 de Marzo de 1852 San Nicolás es faro de luz para la patria al concretarse la integración nacional con su famoso Acuerdo.
En el año 1826 Rivadavia autoriza la nomenclatura y numeración de las calles, pero solo 28 años después pudo cumplirse por las luchas y vaivenes políticos de la época.
En 1868 la epidemia de cólera azotó a San Nicolás. Los funerales se sucedieron durante una semana sin interrupción.

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